Bullying

Bullying

La victimización por bullying está asociada con varios problemas de salud. Por lo tanto, la prevención del bullying es un objetivo importante en la Terapia Individual.

El bullying es una forma específica de comportamiento agresivo y puede describirse como una situación en la que una persona, normalmente un menor, está expuesto repetidamente y con el tiempo a acciones negativas por parte de una o más personas. Estas acciones negativas se producen cuando existe un desequilibrio de poder entre la víctima y el agresor. El comportamiento de intimidación puede ser 'físico' (p. ej., golpear, empujar, patear), 'verbal' (p. ej., insultar, provocar, amenazar, difundir calumnias) o puede incluir otro comportamiento como hacer muecas o exclusión social.

El bullying no se da únicamente entre los niños que acosan y los que son acosados, sino que se considera un fenómeno grupal en el que participan otros niños. Los espectadores pueden ayudar al agresor, o tratar de ayudar a la víctima, o pueden retirarse y tratar de no involucrarse. Los incidentes de intimidación suelen involucrar a varios espectadores y, en la mayoría de los casos, estos espectadores no intentan detener la intimidación, lo que puede ser interpretado por el acosador como un refuerzo para continuar con la intimidación. Sin embargo, también se ha demostrado que cuando los espectadores intervienen y tratan de detener el acoso, son efectivos en la mayoría de los casos. Por lo tanto, es importante utilizar este "poder del grupo de pares" y enseñar a los niños estrategias para intervenir de manera efectiva, de modo que los acosadores estén aislados de su apoyo social.

Ser una víctima o un acosador activo se asocia con un mayor riesgo de problemas de salud física y mental. Los niños que son acosados ​​sufren con más frecuencia problemas de salud como problemas para dormir, dolor de cabeza, dolor de estómago, enuresis nocturna y depresión, y tienen más a menudo pensamientos suicidas.

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